UN ANÁLISIS SOBRE LA ELECCIÓN PORTEÑA

Las opiniones de muchos analistas con respecto al resultado del balotaje de la Ciudad de Buenos Aires variaron entre señalar un gran fracaso del macrismo por no haber podido sacar una mayor diferencia sobre Loustau (ECO), y la ponderación del triunfo del PRO por haberle ganado a todo el resto del arco político presidenciable.
Sobre este tema surgen varios puntos:
1) Hay una gran cantidad de medios de comunicación que aprovecharon esa exigua diferencia para criticar la decisión del PRO por no querer negociar con Massa. Recordemos que, en su momento, presionaron infructuosamente para que eso se produjera. Ahora estos mismos círculos volvieron al ataque para forzar a Macri a realizar esa negociación. Insisten en que si Cambiemos concreta un acuerdo con el Frente Renovador, tendría bastante consolidado el triunfo sobre el kirchnerismo. Incluso algunos se atreven a pronosticar que este éxito se podría concretar en la primera vuelta con el 45% de los votos.
2) Tanto la UCR (Sanz) como CC (Carrió), sus socios en Cambiemos, respaldaron a Loustau con la esperanza de que un buen comportamiento electoral de éste los posicionara mejor en su interna ante el PRO.
3) La izquierda y casi todo el arco kirchnerista concretaron un voto “anti-Macri”, voto que de ninguna manera significa un apoyo a las propuestas de ECO.
4) La fecha del balotaje fue mal elegida por el PRO ya que se encimaba con el inicio de las vacaciones de invierno, hecho que claramente los perjudicaba por la segura menor cantidad de votantes que habría.

Macri

LA INFLUENCIA PSICOLÓGICA DE LAS EXPECTATIVAS
Todas las expectativas condicionan las sensaciones cuando se confrontan con la realidad. Por ejemplo, si esperamos que nuestro equipo de fútbol favorito gane por goleada a otro que es muy inferior pero luego obtiene la victoria por solo un gol de diferencia, será obvio que tendré una decepción y dudaré de la capacidad verdadera de mis jugadores.
Realizando una analogía, podríamos afirmar que si las encuestas sobre el balotaje porteño hubieran previsto una diferencia a favor del PRO entre el 1 y el 3%, sin duda que hoy los mismos analistas hubieran exaltado el triunfo de Larreta y afirmando la proyección nacional de Mauricio Macri.
¿Por qué los encuestadores cometieron tan grueso error? Podríamos tener dos explicaciones:
A) Todas las consultas arrojan, en general, un considerable porcentaje de indecisos cuyos votos son proyectados según las pautas y tendencias que se fijan. Ahora bien, ninguno de los encuestadores previó lo que para cualquier ciudadano se daba por obvio: que en la gran mayoría de los adherentes a las otras fuerzas iba a prevalecer el sentimiento “anti-Macri”. Incluso, almorzando pocos días atrás con la productora de uno de los mejores noticieros de la TV, ella insistía en que el ganador del balotaje iba a ser Loustau porque ya se sabía que casi toda la oposición lo iba a votar.
Volviendo a la analogía con el partido de fútbol, no se consideró que el equipo más débil se reforzaría con los mejores jugadores de los demás conjuntos. Si esto hubiera sido tomado en cuenta, entonces el triunfo –aunque sólo por un gol de diferencia- habría sido visto como todo un éxito.
B) Este balotaje era muy diferente a las experiencias de todos los anteriores. Cuando en el del año 2011, Macri venció a Filmus (FPV) con el 64% de los votos, sin duda fue gracias a esos votos prestados por gran parte del electorado porteño poco afín al autoritarismo de los Kirchner. Pero, en esta ocasión y por primera vez en la historia política del país, los dos que competían en segunda vuelta tenían afinidad entre ellos. Incluso, muchos de los partidarios de ECO forman parte de la coalición Cambiemos, que integran el PRO, la UCR y la CC. Recordemos las expresiones de varios de los opositores explicitando que votar por cualquiera de los dos era votar por las mismas ideas. Por lo tanto, era muy evidente que la proyección de los votos indecisos debía hacerse desde la motivación que daba la próxima elección nacional, y no la local. La deducción terminaba siendo obvia: mientras que con Loustau no pasa nada, Macri es el principal opositor presidencial de Scioli, Stolbizer, Sanz, etc.

LA REALIDAD DE LOS NÚMEROS
Si dibujamos un mapa electoral de la Ciudad de Buenos Aires desde la primera vez que Mauricio Macri inició su recorrido político, observamos que desde el año 2007 logró sostener a su propio electorado (entre el 45 y el 47%).
Además, superó el difícil trance que es para cualquier líder constructor de espacios, el pase del mando a un sucesor.
Pensar que Macri salió debilitado luego de que su equipo retuviera por tercera vez consecutiva el gobierno de una ciudad tan poco dócil como es la Capital Federal, es, a mi entender, negar la realidad de los resultados electorales.
Como dije en mi nota anterior (“Scioli al gobierno, Cristina al poder”), hasta hoy las nueve elecciones provinciales que se realizaron durante los últimos tres meses han dado los siguientes resultados: el 42,7% para Cambiemos (sumando los números de PRO+UCR+CC), y el 27,7% para el FPV.

Para ver cómo sigue esta historia, veremos el próximo 5 de agosto que nos deparan los votos de las PASO para la Provincia de Buenos Aires.

Enrico Udenio
21 de julio 2015

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