DEBATE CON…

 

 

DEBATE CON… KARL MARX Y EDWARD BERNSTEIN

 

 En el primer debate, me tomé la libertad de utilzar un encuentro imaginario entre el inventor y gestor del marxismo, Karl Marx, y su principal renegado y padre de la reforma socialista, Eduard Bernstein. Esta creación fue ideada para formar parte de mi libro «Corazón de derecha, discurso de izquierda» (Ugerman Editor, 2005) pero por razones del desarrollo del ensayo, tuvo que quedar fuera al momento de definir su edición. Por las mismas causas, no pude incorporarlo a mi último libro «La hipocresía argentina».  

Además de “El Capital” y “El Manifiesto Comunista”, ambas obras de Karl Marx (Ibericas,4ta. Ed,1998), y de “Socialismo evolucionista: las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia”, de Eduard Bernstein (Barcelona, 1974), para la realización de este supuesto diálogo me basé, principalmente, en la siguiente bibliografía: “Europe, A Tapestry of nations”, de Flora Lewis-Simon & Shuster,NY,1998; “Breve Historia de Alemania”, de H.Lowestein-El Ateneo,BsAs, 1963; “La Tercera Vía. La Renovación de la Socialdemocracia”, de Anthony Giddens-Taurus,Madrid, 1998; el seminario “Teorías para una nueva sociedad”, de A.Giddens y Alain Touraine-Fuindación Marcelo Botin, Madrid, 2002; “¿Qué es la propiedad?”, de J.P.Prodhon-Proyección, BsAs, 1970; y “La transición del feudalismo al capitalismo”, de Sweezy, Dobb y otros, Ciencia Nueva, Madrid, 1968.   

 

Repasando un poco la historia recordemos que Marx falleció en Londres en 1883. Unos años antes, él y Engels conocieron a Eduard Bernstein (1850-1932). Éste se había exiliado en Londres huyendo de la persecución que sufrían los marxistas en Alemania, implementada por su canciller, Otto Von Bismark. Los tres socialistas entablaron una fuerte amistad. Incluso Berstein llegó a ser el albacea de Engels. Si bien, Bernstein nunca renegó de su marxismo, a partir de la muerte de Marx y con el correr de los años, se erigió en su mayor crítico. En sus artículos publicados bajo el título general de «Problemas del socialismo» (1897) sometió a revisión los principios básicos del socialismo científico en filosofía y economía política. Desde entonces y hasta la actualidad, los marxistas siguen rechazando con vehemencia los argumentos a favor de un socialismo diferente que logró difundir Bernstein. La realidad de la historia transcurrida nos muestra que a partir de su crítica contra la lucha de clases y el materialismo dialéctico, logró ubicar a la izquierda dentro de la democracia, participando, de ese modo, del poder político mundial. En el inicio de este nuevo siglo XXI, las ideas socialdemócratas desarrolladas por este hombre tienen, en casi todos los pueblos, del mundo una mayor aceptación que la propia filosofía marxista.

 

¿Pero qué diálogo hubieran podido entablar estos dos notables creativos? Imaginemos un encuentro en la que los dos debatieran. Me ubico como moderador y decido darle la opción de apertura a Bernstein y la clausura a Marx. Montemos la escena.

 

 

     

 

< ¿Dónde estoy?>, pregunta Marx mirando alrededor.

Bernstein lo mira con gran sorpresa <¿Marx?>.

Éste se lo queda observando. < ¿Eduard?> repregunta con cierta duda.

< ¡Sí! ¡Qué alegría verlo, maestro!> 

<Lo mismo digo> replicó Marx <¿Pero dónde estamos?> insistió.

Decidí intervenir. < ¿Cómo están ustedes?>

Los dos intentan vanamente reconocerme.

<Mi nombre es Enrico Udenio. Estoy escribiendo un libro sobre política y economía y tengo mucho interés que los lectores puedan identificar claramente las diferencias que hay entre los dos socialismos. Me refiero al marxismo, el cual usted Sr. Marx fue su gestor; y al reformismo, hoy conocido como la socialdemocracia o la izquierda democrática, siendo el Sr. Bernstein el principal mentor. Según tengo entendido, ustedes dos se conocieron en Inglaterra en la década del ‘80. Alemanes y de religión judía los dos, por motivos de persecución política, recalan en Londres en diferentes años. Me imagino que debían conversar mucho sobre las ideas socialistas>

<Efectivamente. Eduard admiraba mucho mis ideas> replica Marx.

<En un principio fue así. –continué- Él era un ferviente defensor del marxismo, pero con el tiempo se distanció desarrollando una reforma del  socialismo.>

< ¿En qué consistió esa reforma?> intervino Marx muy sorprendido.

Dirijo mi mirada a Bernstein para que introduzca una definición.

 

BERNSTEIN: <Es la aceptación de la democracia como un sistema político posible para conseguir las reivindicaciones obreras. Lo que usted quería lograr con la revolución, yo lo propuse a partir de reformas dentro del mismo sistema democrático. Considero que un partido socialista que engloba una parte notable del electorado, con entronques además en el sector sindical y en el cooperativo, puede alcanzar sus fines por medios constitucionales, evitándole a la comunidad los trastornos de una sacudida violenta. Es cuestión de fuerza: a mayor poder de presión, mayor margen para las reformas y menor necesidad de recurrir a los espasmos revolucionarios.>  

MARX: <Ahora recuerdo que te interesabas mucho en la concepción de la ética y la moral de Kant.>

BERNSTEIN: <Lo que sucede era que usted no considera la posibilidad de una ética y una moral por fuera de las influencias externas. En cambio yo le concedo al individuo la libertad de la acción moral responsable y parto del principio según el cual esta acción debe tomar al individuo como un fin en sí mismo y nunca como un instrumento.>

 MARX: <Es que las concepciones éticas dependen de factores económicos, que no son éticos, de tal modo ellas solo pueden ser efectos, pero no causas de acciones e instituciones sociales. La producción de las ideas, las representaciones y la conciencia aparece directamente entrelazada con la actividad y el trato material de los hombres. Es el lenguaje de la vida real de un pueblo>.

BERNSTEIN: <No estoy de acuerdo con su mirada desvalorativa del aspecto ético en la lucha por imponer el poder socialista>

MARX: <El advenimiento del socialismo es, ya de por sí, el fin moral y ético supremo.>

BERNSTEIN:  <Lo importante no puede ser el objetivo final, aunque éste sea la superior moral y ética del socialismo, sino el movimiento hacia ese socialismo, pues una sociedad justa no puede crearse con medios injustos como no se puede crear una sociedad democrática estable con medios no democráticos. Los socialistas, por justamente buscar una sociedad superior, están más obligados a valorar la moralidad de las vías usadas para establecerla. El medio deber ser tan esencial como el fin.>

MARX: <Los revolucionarios de todas las latitudes tienen que elegir entre sufrir la violencia o usarla. Si no se quiere que el espíritu y la inteligencia estén a las órdenes de la fuerza hay que decidirse a poner la fuerza a las órdenes de la inteligencia y del espíritu. El materialismo dialéctico tiene bases científicas, por lo  tanto, están fundadas en la racionalidad. En cambio, un supuesto socialismo ético, humanitario, puede ser un ejercicio más o menos lírico y utópico de una burguesía fatigada, basado en el voluntarismo puro y las apelaciones a la moral cristiana.

BERNSTEIN:  <Pienso justamente lo contrario. Lo utópico es la imagen científica que usted quiere darle a su teoría. Quiso aplicarle la dialéctica hegeliana pero lo que logró es cerrar el camino a toda apreciación lógica de las cosas. Forzó una relación que no existe en la realidad. Justamente hay que hacer todo lo contrario. Hay que abandonar la teoría de la dialéctica y acercarse a Kant. Estoy convencido de que el marxismo necesita de un Kant que lo critique y lo examine con mayor precisión; para que, de esta manera, advierta sobre la decepción que significa para el ideal del hombre, el hecho que el desarrollo de los factores materiales que su filosofía propugna, se conviertan en los  omnipotentes factores de la evolución humana.>

MARX: <Lo que escucho no me ofrece ninguna prueba contra la dialéctica. En cambio, el valor de ésta es evidente porque sus resultados son justificados por los hechos. >

BERNSTEIN:  <Lo siento, mi estimado maestro, pero si quiere demostrar su teoría sobre la base de los acontecimientos históricos, fallará muy grueso; por ejemplo, recordemos que en la revolución de 1848 usted predijo que sería el inmediato preliminar de una revolución proletaria>

MARX: <Bueno, reconozco que exageré un poco la fuerza de la resistencia revolucionaria>

BERNSTEIN: <Al fallecer cincuenta años después que usted, tengo ventajas por el hecho de conocer muchos de los acontecimientos que devinieron a partir de sus ideas, así que le puedo asegurar que no fue en lo único que fallaron sus predicciones. Usted siempre insistió, y yo estuve de acuerdo con ello, en que el comunismo era la instancia superior al capitalismo, por lo que los primeros países que se transformarían al socialismo iban a ser los de mayor desarrollo capitalista. Pues bien, lamento informarle que la primera nación marxista fue la atrasada Rusia, donde casi ni existía un capitalismo>

MARX: < ¿Rusia? ¡No puede ser!>

BERNSTEIN:  <Sí, lo es>

MARX: < ¿Y cómo le fue?> preguntó después de unos segundos utilizados en meditar la información recibida.

BERNSTEIN:  <Hasta mi muerte, en 1932, se había convertido verdaderamente en una dictadura>

MARX: < ¿Así como yo lo diseñé?>

BERNSTEIN:  <No exactamente. Lo que pasó es que mientras usted fue ambiguo con el significado de «dictadura del proletariado», los rusos no tuvieron ninguna ambigüedad. Establecieron literalmente una concentración enorme del poder en manos del Estado. Su resultado fue que bajo la retórica socialista que usted desarrolló, subyacía apenas un método diferente de organizar la acumulación del capital.  En vez de la eliminación de las clases sociales, impusieron  una nueva especie de sociedad de clases, conteniendo severos antagonismos que si bien no eran exactamente los mismos del capitalismo, eran por lo menos semejantes. Incluso hubo algunos sectores que tenían propiedad privada, como fue el caso de las cooperativas. En fin, la degeneración del comunismo en Rusia no puede estar desconectado de la forma con la que se la instauró>

MARX: <Yo nunca mencioné que la dictadura del proletariado significaba recurrir a la violencia de manera ineludible>

BERNSTEIN:  <Es cierto, pero tampoco nunca mencionó que los comunistas debían acceder al poder ganando una elección en democracia y cambiar, entonces, la Constitución capitalista por una comunista, manteniendo la población su derecho a renovar periódicamente su elección. Ergo, el mundo entendió de la dictadura del proletariado, lo que debía entender de una dictadura.>

 

Moderador:     <Disculpen, prefiero que no sigamos con este asunto de las predicciones porque hay muchas cosas que sucedieron durante el siglo XX y que ambos no conocen, –dije interrumpiendo- pero, ya que salió el tema de la Rusia comunista, quisiera decirle, Sr. Bernstein, que la aparición del marxismo en esa atrasada sociedad, también contradijo sus ideas.>

BERNSTEIN:  <Supongo que se refiere a que adhiero a la teoría marxista de que el socialismo es la instancia superior del capitalismo, y esto, obvio, no fue lo que sucedió en Rusia.

Moderador:     <Así es>

BERNSTEIN:  Pero mi criterio es muy diferente al de Marx. Él presagiaba el rápido derrumbe del capitalismo, argumentando que los capitalistas no podrían eliminar la crisis del sistema, y que los trabajadores debían prepararse para realizar una revolución y la toma del poder. En cambio yo considero que sólo desde la labor parlamentaria, los socialistas podrán modificar paulatinamente ese sistema hasta lograr su  transformación al socialismo. El capitalismo tiene la capacidad para regular sus propias crisis y adaptarse a los cambios sociales por lo que se reduce dramáticamente la posibilidad de que ocurra una catástrofe para dar la ocasión a una revolución violenta de la clase trabajadora.>

MARX: <El capitalismo no provocará por sí solo el fin de su propio sistema económico>

BERNSTEIN:  <Es una apreciación suya que surge a partir del capitalismo incipiente de fines del siglo XIX. A cualquier sistema económico le toma mucho tiempo completar todos sus ciclos. Por eso, dejé en mis libros muy en claro que no veía próximo el derrumbe capitalista, ya que la gran expansión del mercado ha generado posibilidades de equilibrio en una medida sin igual en el pasado. Las regulaciones de la producción industrial han hecho posible el control de los excesos así como otros factores muy diversos parecen también lograr que las crisis y las depresiones de la vida económica se superen más rápidamente que antes. De todos modos, por más que las reformas socialistas logren continuos progresos sociales, llegará el momento en que el capitalismo llegue a su etapa más desarrollada. En ese instante, se extinguirá por sí solo, por sus propias e inevitables contradicciones económicas, y será reemplazado por el socialismo.>

MARX: <El socialismo no puede ser consecuencia automática de una bancarrota; tiene que ser el resultado de un tenaz y esforzado trabajo de ascensión de las clases obreras en su lucha contra el capitalismo y la propiedad privada> 

BERNSTEIN:  <No creo en la lucha de clases. Creo en un socialismo estableciendo una doctrina económica social y política que propugne una distribución más justa de la riqueza pero no condene la propiedad privada y vea en el capitalismo un sistema económico que debe seguir desarrollándose hasta su etapa final, para beneficio del Estado y sus habitantes.>

MARX: <Eso no es socialismo. Aceptar la propiedad privada y el capitalismo es aliarse con la burguesía abandonando a la clase obrera, lo que es incongruente, pues el socialismo debe ser la revolución contra la burguesía. Hay dos clases sociales: los asalariados y los burgueses. Los primeros son la mayoría de la gente y sus posibilidades de llegar al poder pasa por la revolución socialista, mientras que los segundos son la minoría, y sus probabilidades de mantener su poder pasa por el capitalismo y la propiedad privada. Las otras clases tienden a extinguirse.>

BERNSTEIN:  <Su opinión es inaceptable, ya que según las estadísticas, con el desarrollo del capitalismo, aumenta más la burguesía que el número de asalariados>

MARX: <Estás equivocado Eduard. En primer lugar, tus estadísticas se basan en países de mayor desarrollo como Inglaterra, Francia o Estados Unidos, lo que no prueba que por ello fuera una ley general en el modo de producción capitalista, si no se toma en cuenta otras naciones más pobres. En segundo lugar, si esto fuera así el socialismo no sería más que el producto del desarrollo natural de la historia, entonces se transformaría en algo ético pero no científico; quiere decir que solo sería producto del desarrollo social y no de la lucha de clases; y en tercer lugar, medirlo en números cuantitativos no lo considero correcto. Hay que medirlo en términos cualitativos de miseria. Los asalariados tenderán a ser cada vez más miserables.>

BERNSTEIN:  <Usted pronostica la miseria creciente de la sociedad capitalista, pero no es cierto que los asalariados sean cada vez más miserables, porque los trabajadores de hoy (Nota: se refiere a principios de siglo XX) viven cada vez mejor.>

MARX: <La diferencia en los datos se debe a te estás refiriendo a la miseria en términos absolutos, o sea a la miseria física, pero yo me refiero a la miseria en términos relativos, lo que debe entenderse como la «miseria social». Lo que quiero decir es que un asalariado tendrá siempre muchísimo menos que un burgués comparando en períodos similares de tiempo. Un asalariado puede cobrar cada vez más por su trabajo, pero un capitalista habrá aumentado su patrimonio en el mismo período mucho más que el asalariado, lo que no implica que aumente su pobreza física.>

BERNSTEIN:  <Usted lo dice porque considera que el excedente, o la “plusvalía” según su teoría, se concentran siempre en pocas manos, generando una acumulación del capital que en vez de dividirse, se centraliza. Yo pienso, en cambio, que el excedente tiende más a dividirse formando nuevos capitalistas, nuevos empresarios, que a acumularse en pocas manos. Esto permitirá que esas grandes diferencias entre el capital y el asalariado tenderán a disminuir.>

 

Moderador:     <Debo aclararles que según la historia del resto del siglo XX, no conocida por ninguno de ustedes dos, hubo un período en el cual efectivamente esas diferencias se acortaron, pero hubo otro en el que se ampliaron enormemente. De cualquier manera, más allá de la propensión que pueda tener el capital en dividirse o en acumularse, la realidad de Rusia nos mostró que el capital no solo existe en el capitalismo, sino también en el comunismo a través de su Estado.>

MARX: <Seguramente Rusia nunca fue totalmente comunista ya que nunca llegó a desaparecer el Estado. En mi teoría del Estado, anuncié la extinción de él en la etapa superior del comunismo. Será entonces una entidad innecesaria y perjudicial, pues frenará la libertad del hombre y en ese momento sólo será indispensable una simple administración de las cosas.> 

BERNSTEIN:  En una dictadura del proletariado, la obligación de administrar la completa producción económica de una nación, genera la necesidad de implementar un orden vertical, del que nunca más podrá desprenderse, que, en definitiva, termina reemplazando el poder del capitalista por el poder del burócrata estatal, al que yo considero aún más absolutista que el del capital.

MARX: <Previendo esta situación, consideré que durante el inicio de la dictadura del proletariado, el poder del Estado pueda llegar a ser necesario  solo por un corto período de transición. Transcurrido este proceso, ese poder se traslada al mismo proletariado.>

 

Moderador:     <Interrumpo para informarle, Sr. Marx, que la burocracia estatal del comunismo ruso no fue parte de un proceso de transición, pues al momento de su desaparición, en 1991, no lo reemplazó el poder del proletariado.>

MARX: < ¿Qué lo reemplazó?>

Moderador: <El capitalismo.>    

BERNSTEIN:  <El que mal comienza, mal termina.>

MARX: <A pesar de tu ironía, Eduard, quizás en esto pueda estar de acuerdo contigo, pues siempre sostuve que el modo de producción capitalista es el factor que empuja al proletariado a la lucha de clase contra los burgueses. La resistencia de la clase trabajadora a su explotación, es lo que hace aumentar sus fuerzas numéricas, su cohesión, su inteligencia y su madurez política. Es la forma de producción capitalista la que provoca la rebelión del proletariado, el cual es, en última instancia, el motor del gran cambio social. Si en Rusia no existía un capitalismo suficientemente desarrollado, la estructura económica no era la adecuada para permitir el proceso que llevara al proletariado hacia una verdadera revolución socialista.>

BERNSTEIN:  <<Sus enseñanzas explicando todo desde la preponderancia general del elemento económico en el desarrollo histórico y formulando la teoría de la lucha de clases, es errónea. No todas las acciones, valores e ideas imperantes en la sociedad son el reflejo de las condiciones económicas determinada por la infraestructura capitalista.> 

MARX: <Es una crítica que Engels se ocupó de negar, porque las continuas alusiones al modo de producción que hicimos fueron para dar énfasis a la teoría, pero de ningún modo pueden excluirse otros factores, por más que el más importante factor del materialismo histórico sea el económico.>

BERNSTEIN:  <Aunque excepcionalmente, como ahora, usted acepta que existen otros factores que hacen al comportamiento humano, ha hecho de la propiedad privada de bienes productivos una especie de pecado original secularizado comienzo de todos los males de la humanidad.>

MARX: <Es que la salvación de los trabajadores no es un proceso individual ni está en la constitución de pequeñas unidades económicas, sino en la explotación colectiva de los grandes medios de producción, para lo cual es necesario eliminar de una vez por todas, la idea de que esos medios pueden ser objeto de propiedad privada. La simple existencia de ésta determina la posibilidad real de explotación por parte del capital. Incluso los dos más eminentes economistas del liberalismo, Adam Smith y David Ricardo, se refirieron a la propiedad privada como la tierra concedida a dueños que cosechan sin nunca haber sembrado en ellas y que, además, tienen la tendencia de aumentar continuamente su renta a expensas de los trabajadores que efectivamente la cosechan.>

BERNSTEIN:  <Es utópico pensar en el éxito de un gobierno revolucionario marxista encargado, de repente, en administrar cientos de miles de negocios y de propiedades rurales y urbanas con varios millones de trabajadores, sin la presencia de una división de trabajo a la usanza capitalista. Pensemos en la posibilidad real de mando que puede tener el director de una unidad productora si, a su vez, es un empleado de aquellos que dirige. Seguramente tendrá muchas dificultades en lograr una eficiencia productiva que mantenga un desarrollo creciente y compita, a su vez, con el capitalismo.>

MARX: <Con tu reforma socialista, Eduard, retrocedés cualitativamente a una etapa previa: el socialismo utópico. Los utópicos fundaron sus doctrinas y también sus propuestas y reivindicaciones prácticas sobre principios morales y éticos, además de no sostener la lucha de clases ni el materialismo dialéctico. Ingenuamente creían que el espíritu progresista del hombre podía modificar la sociedad o llevarla al socialismo.

BERNSTEIN:  <A mis ideas no podría calificárselos de «utópicos». Mi revisionismo del socialismo científico no es solo de carácter ético, como sería el caso del socialismo utópico, sino también político. Mis cuestionamientos se basan en las transformaciones acaecidas en los últimos años del siglo XIX y principios del XX;  el movimiento obrero había crecido en Occidente, los partidos socialistas se habían fortalecido y por tanto se hizo posible llegar al parlamento y desde allí promover leyes favorables a la clase obrera, que obtuvo importantes y muy palpables beneficios. Además, una conquista de los trabajadores que se concreta en medidas legislativas, tiene más consistencia y duración que las logradas por la fuerza. Y ello porque en el caso de las reformas prevalece el intelecto, en tanto que en los golpes revolucionarios prevalece la emoción.>

MARX: <La depauperación de las masas siempre será más acentuada que las mejoras que en un proceso legislativo democrático puedan ser concedidas desde las clases dominantes. Sólo la lucha permanente de la clase trabajadora por la revolución socialista puede lograr modificar esa tendencia>

BERNSTEIN:  <No es así. Sus predicciones fallaron, pues las estadísticas en aquella época demostraban una clase obrera cuyos ingresos mejoraba día a día, y no por gracia de la burguesía, sino gracias a los éxitos de las luchas sindicales.>

MARX: <Tu mismo lo confirmas. Es la lucha del proletariado que se rebela ante la agresión declarada por el capital, que logra vencer a ese mismo capital en una sociedad que hace de la desigualdad, la dominación y la insolidaridad, las claves de su funcionamiento.>

BERNSTEIN:  <Si bien los dos estamos de acuerdo en la necesidad de esa lucha, la diferencia es que mientras su teoría se nutre de los revolucionarios en la idea de un combate social emancipador de los trabajadores, como si fuera una lucha de clases cuyo único final posible es la supresión del antagonista; la mía considera que es el elemento revolucionario el que debe ser expurgado, pues es el que hace falsa e infiel a la dialéctica hegeliana.>

MARX: <Es incoherente tu visión, pues si le quitamos lo revolucionario al materialismo histórico, éste se queda sin lo que le da vida. Lo que para ti es un error intelectual, para mi es la unidad indispensable para establecer una coherencia entre la lucha de clases y el estudio científico que se le hace a la estructura económica. Sin el elemento revolucionario, desaparece el estímulo que empuja al proletariado a conquistar las fuerzas económicas del capital, y a crear las condiciones de un modo de producción social.>

BERNSTEIN:  <Es que sigue usted estableciendo como cierta la teoría del materialismo histórico y sus resultados del estudio de la estructura económica, donde establece como previsión científica el final próximo del capitalismo. Yo pongo muy en duda esas previsiones poco científicas. Además, por lo que dijo nuestro moderador, deduzco que todavía a fines del siglo XX, el capitalismo está vigente, lo cual refuerza mi idea de que el socialismo es, ante todo, un postulado ético, en vez de la consecuencia de la lucha de clases y la incapacidad burguesa para dirigir las fuerzas productivas, según lo determina su socialismo científico.>

MARX: <Desde lo previsible es cierto. No voy a negar que cuando en 1850 me dirigí a los obreros instándolos a cambiar las condiciones de explotación, les pedí que sostengan por quince, veinte, cincuenta años las luchas sociales. Pero el hecho que esos cincuenta años se hayan convertido en ciento cincuenta años, no necesariamente invalida las bases de la doctrina del materialismo histórico y la dictadura del proletariado, No podemos describir con exactitud el momento en que nuestra sociedad estará lista para el socialismo, pues depende de un número inmenso de elementos imponderables que nadie puede calcular, y cuyos motivos económicos pueden muy bien comprobarse a posteriori, pero cuya fuerza no se puede determinar a priori. Seguramente, al igual que en la revolución de 1848, habrá habido otras revoluciones en las cuales la lucha que debía levantar a la nación entera no estalló; en parte por razones personales que nadie podía prever.>

BERNSTEIN:  <Esto indica que si el método marxista no puede funcionar a priori, estableciendo una ley de tendencia, eso parece quitarle peso como ciencia histórica, pues termina siendo la ideología el motor de la historia y no la estructura económica. Y las ideologías, como bien sabemos, son teorías y no ciencias. Volvemos siempre al campo de la especulación filosófica y nos  alejamos del de los hechos fácticos.>

 

Moderador:     <Dejemos que los historiadores dentro de cien años terminen por dilucidar si el materialismo histórico fue finalmente una ciencia o no. Lo que me interesa ahora es su relación directa con la lucha de clases, y por lo que yo veo, este elemento es el que separa más claramente a ambas visiones socialistas y condiciona su accionar político. En la aceptación de la lucha de clases instrumentada como doctrina científica, aparece un enemigo, el capital-democracia, que hay que vencer para establecer la dictadura del proletariado, lo que hace inevitable el combate social. En el rechazo filosófico a esa lucha de clases, el socialismo de Bernstein elude este combate, y si bien critica las tendencias negativas del capitalismo, no apresura su caída e intenta mejorar la redistribución de la riqueza desde el mismo sistema democrático. ¿Cree usted, Sr. Bernstein, que sin la teoría de la lucha de clases, las diferencias existentes entre ellas puedan desaparecer?>      

BERNSTEIN:  <Entiendo que es posible, pues la democracia tiene por finalidad la supresión de la tiranía de clase, aun cuando no sea la supresión efectiva de las mismas clases. La democracia impide la supremacía de cualquier clase, incluido el proletariado, lo que implica anular la vocación revolucionaria del proletariado científicamente determinada por la forma de producción.>

MARX: <Observo incoherencia en lo que dices, Eduard, porque la democracia es la forma de soberanía de la mayoría, y cuando hay mayoría hay supremacía.>

BERNSTEIN:  <Hay supremacía de la mayoría, pero esto no significa que sea una clase superior con alguna misión histórica que prevalezca sobre las otras, ya que el concepto de gobierno democrático implica el de la igualdad de derechos.>      

MARX: <El hecho fáctico es que en la democracia el proletariado es la más perjudicada de las clases sociales, por lo que debe conquistar la supremacía para destruir todas las diferencias que separan las unas de las otras. Sin la supremacía de la clase proletaria, no habría supresión de clases. Sin una revolución, las formas democráticas permiten que las otras clases más beneficiadas en el reparto de la riqueza, accionen impidiendo esta supremacía.>

BERNSTEIN:  <Depende de lo que entienda como revolución, pues la labor del pueblo obrero de modificar las bases de la sociedad mediante una forma pacífica, por ejemplo cambiando una constitución liberal, legitimado por vía democrática, aclaro que esto implicaría abolición de la propiedad privada al menos de los monopolios, es de por sí, una acción revolucionaria. La posibilidad real de lograrlo implica que en un Estado democrático no hay guerra de clases, sino sectores con intereses diferentes que luchan para encontrar en las reformas dentro del sistema democrático los caminos de su progreso social y crecimiento personal.> 

MARX: <En tu discurso, das a entender que la democracia puede atenuar los antagonismos sociales que resultan del reparto económico hasta el extremo de hacer inútil la supremacía de la clase proletaria. La teoría y la práctica seguramente contestarán negativamente a esta posibilidad.>

BERNSTEIN:  <Sucede que su visión del accionar político del proletariado, es clasista. No contempla la movilización política abarcando personas de diferentes clases sociales.>

MARX: <Por supuesto que no. Admitir que personas de otras clases se integren al movimiento del proletariado, no es histórico ni lógico. Conceptualmente la transformación socialista de la sociedad es asunto exclusivo de la clase obrera. Su emancipación sólo puede obtenerla ella misma.>

BERNSTEIN:  < La transformación de la sociedad hacia el socialismo, aunque en primer lugar debe ser tarea de la clase obrera, es una obligación ética que involucra a todas las clases sociales.>

MARX: < ¡Otra vez con la ética! Si el proletariado perdiera su homogeneidad aceptando incluir en su movimiento a los burgueses, los intereses económicos de éstos prevalecerían sobre cualquier ética y moral que pudieran llegar a tener, y terminarían por hacerse cargo de la dirección del partido.>

BERNSTEIN:  <Las conquistas que llevaron un mejor bienestar a la clase trabajadora, fueron más el resultado de la lucha mancomunada de las clases que por la lucha entre ellas. El proletariado no debe luchar solo, sino unido a las clases intermedias, aunque algunas de éstas tengan características burguesas.>   

MARX: <Parece que lo que tú quieres, Eduard, es que el movimiento socialista no parezca lo que es, sino que se convierta en otro distinto, porque un partido popular en el que tengan influencia los burgueses estará destinado a mantener incólume la propiedad individual y la libertad de producción individual. En este sentido no podrá traspasar los límites de la Constitución, no podrá jamás, por más esfuerzos que haga, ser otra cosa que un partido de reformas socialistas en una democracia. En este caso, la palabra “socialista” es una palabra que se refiere a otra cosa, porque el fin del proletario debe ser otro. El proletario no puede tener interés en conservar la propiedad individual de los medios de producción. Aun en el caso de que triunfe por las vías pacíficas y legales porque en ese caso, seguiría siendo objeto del robo que significa recibir por su trabajo un menor valor del que debería. Jamás atentaría contra sí mismo.>

BERNSTEIN:  <Esta aseveración suya se basa, una vez más, en la teoría de la “plusvalía” que, lo menos que puedo decir, es compleja e incorrecta, porque usted parte de una interpretación del valor de una mercadería muy poco realista.>

MARX: <No es así. Incluso, mi teoría se basa en la postura de la escuela clásica de los liberales David Ricardo y Adam Smith. Cada mercadería tiene dos valores: «de cambio» o simplemente «valor» dado por el trabajo humano para producirlo; y un valor «de uso», para satisfacer todas las otras necesidades, lo que significa que se trata de la «utilidad». Ante esta división del valor de una mercadería, yo digo que el valor objetivo es el que corresponde al esfuerzo socialmente necesario que realizó el trabajador para darle así valor a la mercadería, éste último es el valor que se tiene en cuenta en la circulación, en el mercado.  Todo precio por encima de este valor, es lo que se queda el propietario, lo que lo transforma en una apropiación indebida del trabajo de los otros. Es la “plusvalía”.>    

BERNSTEIN:  <Esta fuera de toda realidad social la idea del valor objetivo que usted realizó en su teoría, pues el valor de un producto, es subjetivo, no atiende sólo a los costos del trabajo que llevó su producción, sino también a las necesidades del individuo en consumirlo. No es lo mismo una botella de agua en la ciudad que en el desierto.

MARX: <Con lo que dices, está muy claro que con tus reformas te has alejado totalmente de mi teoría del socialismo científico>

BERNSTEIN:  <Es que en mi proceso de cuestionar tu doctrina, yo me pregunté ¿Cómo se puede aceptar la existencia de una base científica del socialismo o comunismo por el hecho de que el trabajador no recibe el valor total del producto de su trabajo? Es tan real e irreal como cualquier ideología, pero no es una doctrina que pueda aceptarse como científicamente comprobada, ni desde su teoría ni mucho menos desde los hechos fácticos.>

MARX: <Me parece que con tu posición estás desandando la historia. Puedes intentar todas las reformas posibles, limitar la formación de monopolios, el progreso en la condición material de los trabajadores, el perfeccionamiento de los mecanismos de crédito, y muchas más acciones que, según tu teoría, libra al capitalismo del colapso económico, pero existe un límite que no se debe cruzar: la propiedad privada. Solo con su eliminación se podrá solucionar las contradicciones del capitalismo, y únicamente la revolución del proletariado podrá lograrlo.>

 

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Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlo.

 

Enrico Udenio

Junio 2008

  

 

Un Debate Con… es una sección de este blog en la que mis lectores y yo estableceremos con un interlocutor válido, un intercambio de ideas sobre un tema determinado.

9 Respuestas a “DEBATE CON…

  1. Sr.Udenio. Su trabajo es monumental y muy comprensible. Ya no hace falta haber leído a Marx, por otra parte, el Socialismo Democrático que surgió en buena parte de América del Sur en estos últimos años, recién ahora está siendo democrático, luego de cruentas luchas guerrilleras no obstante. Su imaginación es portentosa. Si pudieramos leer un diálogo entre Castro y nuestro Binner de Rosario y Lagos de Chile, creo que la cosa sería aún más esclarecedora, más con las necesidades de aumentar los impuestos como se está pensando hacerlo para poder pagarle los aumentos a los «proletarios» trabajadores , los maestros oficiales o del estado y los entretenimientos que el gobierno socialista de Rosario implementa para los niños y sus habitantes con enormes emolumentos, pero que satisfacen a todo el mundo socialistas o no. No hay dudas que la charla, así ideada sería muy rica para entender lo que pasa con el socialismo actual, en nuestro diario vivir.

  2. Creo que a la luz de estas líneas tan interesantes que escribió, es más fácil entender porque debemos poner mucho énfasis en la educación y toma de conciencia de la responsabilidad del ciudadano en los cambios a implementar para redistribuir la riqueza, relación directa con la ética y la moral

  3. Esta bueno. igual las bases del capitalismo son la explotación, es un sistema piramide en la que pocos bloques llegan a la cima.

  4. maravilloso, gracias, me ayudo a comprender mucho mas..muy creativo

  5. Simlpemente genial, mis felicitaciones

  6. Muchisimas gracias por haber realizado este diálogo, ya que me ayudo muchisimo a comprender mejor el socialismo. Siempre hay que destacar lo bueno y lo malo que cada pensamiento o doctrina para lograr una superior.
    ¡Felicitaciones por tan excelente trabajo!

  7. Me resultó muy interesante,atractivo y llevedero su lectura.Aprendí,descubrí y comprendí muchas cosas que ignoraba.Gracias.Felicitaciones.

  8. Lo felicito Enrico, este debate es una genialidad. Nuevamente gracias por ayudarme a entender.

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