LA CULTURA DE LA ILEGALIDAD

El tema de las usurpaciones de propiedades se complejiza cuando intervienen componentes ideológicos. El principal referente de las exigencias de los ocupantes ilegales del Parque Indoamericano fue un declarado militante K. Esta circunstancia, así como el intento de haber querido culpar de esa usurpación y de las consecuentes muertes al titular del Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri,  motorizaron la sospecha de que “el Gobierno Nacional quiere modificar el mundo porteño mediante recomposiciones sociales manipuladas para hacer de la Capital Federal un espacio homologable al Gran Buenos Aires” (1).  No está de más aclarar que gran parte de la oposición insiste en que la estrategia de permitir las inmigraciones sin ningún tipo de selección o averiguación de antecedentes tendría consecuencias electorales importantes en un distrito que siempre ha sido desfavorable para el peronismo.
Por Enrico Udenio


LA INMIGRACIÓN

La Argentina ha sido y es un país de inmigrantes. La política inmigratoria es decisión del Gobierno Nacional. Por lo tanto, el problema habitacional derivado de la inmigración -legal o ilegal- es una competencia y responsabilidad del Gobierno Nacional y no del Municipio.
En estas últimas semanas se le ha cargado al titular del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, el mote de xenófobo por declaraciones que realizó en ocasión del conflicto por la usurpación del parque Indoamericano. Más allá de lo políticamente incorrectas que hayan sido las palabras de Macri, éste tocó un tema importante al denunciar la irresponsable política inmigratoria que desde hace años está ejecutando el Gobierno Nacional.
Para ser serios en nuestro análisis, recordemos lo dicho textualmente por el Gobernador de la Ciudad de Buenos Aires: “Lo que más falta es tener una política de desarrollo urbano inteligente y global. La Argentina es un colador. Cualquiera de Paraguay, de Bolivia, del Perú, entra como si estuviera en su casa y fija su residencia, preferentemente, en el conurbano o en las villas de la Capital. ¿Por qué? Porque la ciudad, aún en su decadencia, sigue teniendo un sistema de educación pública y salud mucho mejor que el existente en esos países. En ese desastre del descontrol inmigratorio, todas estas villas se han ido poblando y en estos últimos diez años crecieron a más del doble.” El nuevo censo parecería darle la razón al actual Gobernador de la Ciudad de Buenos Aires: es enorme el porcentaje de oriundos de esos tres países que residen de manera precaria en las villas de emergencia de la ciudad y el conurbano.

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SIN CONTROL PARA LA VIOLENCIA

Sin duda, el ser humano es una creación imperfecta de la naturaleza, la única especie que puede llegar a matar por placer o por venganza. Consciente de sus anárquicas interacciones y dificultad para controlar la violencia, él mismo creó las instituciones, que son los órganos constitucionales del poder soberano en la nación, y las agrupó en la entidad denominada Estado, al que le entregó el monopolio de la fuerza. Es este Estado, a través de sus fuerzas policíacas y militares, el que debe velar por la convivencia, la seguridad del país y los derechos de sus habitantes. Cuando no lo hace, lo suplanta la primitiva ley del más fuerte.
Por Enrico Udenio

UN DISCURSO AUTISTA

Cuando hablas, repites lo que ya sabes; cuando escuchas, con frecuencia aprendes algo.”  Jared Sparks (1789-1866) Historiador norteamericano. Presidió la Universidad de Harvard de 1849 a 1853.

A las 20 horas del día viernes 10 de diciembre de 2010 se produjo un hecho digno de ser plasmado en un documental histórico. Mientras la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunciaba por la cadena nacional de radio y televisión que “no se puede quitar la vida a alguien para defender algo material” la gente se mataba entre sí por la ocupación ilegal de un parque de la ciudad de Buenos Aires. Mientras la presidenta seguía diciendo que la Argentina “no va a integrar el club de países xenófobos”, vecinos de ese parque perseguían a tiros a los inmigrantes bolivianos y paraguayos que intentaban ocuparlo. Mientras Cristina justificaba con bonitas frases la ausencia de la Policía Federal en ese hecho de usurpación de tierras (“La violencia no sirve para crear más seguridad. El orden público debe ser custodiado, pero no puede ser a partir de cobrar vidas humanas”), ya eran tres las personas fallecidas en el lugar por causa de la ausencia de las fuerzas del orden público.

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LA GOBERNABILIDAD

Ante la reticencia de la oposición a aprobar en el Congreso de la Nación, y sin ningún tipo de modificaciones, los proyectos enviados por el oficialismo, los funcionarios del gobierno nacional han insistido en que, con esas negativas, ésta intenta boicotear la gobernabilidad del país.
Se entiende por gobernabilidad a la capacidad de dirigir a un país o una comunidad. Desde este punto de vista, los Kirchner sostuvieron durante estos años esta capacidad mediante, principalmente, tres recursos: A) El dinero aportado por las exportaciones primarias -en especial la soja- para asistir a los grupos más carenciados e inestables de la sociedad (1-Datos adicionales al pie de la nota).  B) Un discurso y actitudes que estimularon las fantasías e ideales de los sectores de izquierda más propensos a la violencia callejera; C) Un acuerdo con el sector más agresivo de la CGT (Confederación General de Trabajadores) para evitar los conflictos gremiales. 

Por Enrico Udenio

NO HAY MAL O BIEN QUE DURE CIEN AÑOS

La modalidad y ejecución de esos tres recursos fueron:
Para el primero, un sistema de asistencialismo económico directo (planes sociales y aumento del empleo estatal) e indirecto (subsidios a las empresas privadas para contener precios). Señalemos que con el auge del desarrollo económico de China y la India, los valores internacionales de los productos primarios argentinos fueron en constante alza. Este golpe de suerte generó caja. Y esa caja le dio la posibilidad a los Kirchner de construir poder político a través del asistencialismo y el clientelismo.

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INTELIGENCIA POLÍTICA O MILITANCIA RELIGIOSA

Toda nación necesita adecuarse a los cambios que el mundo propone. La historia nos dice que hay dos maneras de hacerlo: a través de reformas o mediante revoluciones.
Una Reforma intenta modificar algo, haciendo base en lo ya establecido, con la intención de mejorarlo mientras que una Revolución implica un cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación de manera más rápida y profunda.
Un buen ejemplo de las diferencias operativas entre una modalidad y otra pudimos observarlo en la evolución del socialismo. Por un lado, la facción más fundamentalista y adherente a la teoría marxista de considerar como única forma de progreso del sector trabajador a la lucha revolucionaria de clases; y por el otro, la conocida como socialdemocracia, que considera posible hacerlo de manera más gradual, a partir de reformas dentro del mismo sistema democrático y de negociaciones con la patronal, evitándole a la sociedad las graves consecuencias de una sacudida violenta.

Por Enrico Udenio

EL POPULISMO AUTORITARIO

En la Argentina de los Kirchner la opción elegida fue la de un populismo autoritario que intentó producir reformas rápidas, mediante el uso cuasi-totalitario de los poderes. A diferencia del Estado liberal, donde manda el Derecho, en este tipo de populismo es el Poder Ejecutivo quien detenta el poder. Algunos llaman “democracia directa o electoralista” a este sistema de desigualdad de las instituciones en las que se le adjudica el máximo poder al presidente porque a éste le fue otorgado por el voto de la población.

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JUBILACIÓN: UN CALLEJÓN SIN SALIDA INMEDIATA

El conflicto generado por el veto presidencial a la Ley del 82% móvil de la clase pasiva, ha puesto a la luz el crucial tema económico que presentan para los estados las obligaciones previsionales.
Según numerosos analistas de todo el mundo, el panorama es muy complejo y de difícil o casi imposible solución.

Por Enrico Udenio
24 de noviembre 2010


EL HOMBRE VIVE MÁS Y MEJOR
“Hay algo divino en el aprendizaje. Aprender implica aceptar que la vida no empezó con mi nacimiento. Mis ancestros pasaron por aquí, y yo no hago otra cosa que seguir sus huellas. Todos los libros que he leído fueron escritos por generaciones y generaciones de padres e hijos, de maestros y discípulos. Al igual que tú, yo soy producto de la experiencia de toda esa gente.” Elieser Wiesel (1928-) Escritor húngaro de nacionalidad rumana. Premio Nobel de la Paz 1986.

Las nuevas tecnologías plantean inquietudes éticas: el uso de la genética y la «reproducción asistida» genera agudas controversias. Dado que se implantan varios embriones para aumentar las probabilidades de que la pareja tenga un hijo, pueden ocurrir nacimientos múltiples. Por otro lado, los científicos prevén que en el futuro podrán detectar los embriones humanos que tienen anormalidades cromosómicas y enfermedades genéticas antes de la implantación. También esperan poder modificar el material genético. Algunos científicos señalan que esto podría prevenir enfermedades como la diabetes, la hipertensión y la esquizofrenia.

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INSTRUMENTO PARA EL ENGAÑO

En su libro La invención de la Argentina”, el director de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Texas, Nicolás Shumway, afirmó: “La cultura política argentina tiene una extraña fe en las palabras; cree que ellas resuelven los problemas”.  Podríamos ampliar el concepto: se trata del principal instrumento para el engaño político. 
 La presidente argentina salió a anunciar por la cadena nacional la decisión de cancelar la deuda con los países acreedores del denominado Club de París, probablemente en un período de dos a tres años y utilizando para ello las reservas del BCRA. Las palabras de Cristina fueron dichas, como es ya su costumbre, en un tono de “épica histórica” al insinuar que esos acreedores se habían doblegado ante la exigencia argentina de no dar intervención al FMI. Deja en el imaginativo popular una idea que es engañosa y lo hace escondiendo una parte de la verdad: el Club de París necesita de los mecanismos de control del FMI cuando los procesos de pago son a mediano o largo plazo. En cambio, cuando el acuerdo es al contado o en un corto período (uno a cinco años), no hay necesidad de que esa entidad financiera internacional intervenga.
Ella también habló sobre el problema que el gobierno tiene para lograr aprobar el presupuesto del 2011. Lo hizo ubicándose como una víctima de la oposición “irresponsable” que rechaza su aprobación cuando, en realidad, la presidente dejó en evidencia sus intenciones manipuladoras al decir que “todos hacemos negociaciones y tenemos que intercambiar opiniones y acordar posturas” pero al mismo tiempo reitera que no cederá ante los pedidos de esa oposición legislativa por estudiar y acordar modificaciones a ese presupuesto.
Si bien este tipo de actitudes –utilizar las palabras como un instrumento engañoso- fueron un hábito durante la administración Kirchner, su paroxismo fue lo acontecido con la ley del 82% móvil para los ingresos de los jubilados.

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LAS DOS VÍAS DE LA VIOLENCIA

Casi como en un proceso de suicidio inconsciente, Néstor Kirchner se violentó a sí mismo durante años con acciones que el cuerpo registraba pero que él no aceptaba ni atendía. Esta actitud constituyó una conducta manifiesta de desencuentro consigo mismo y con la sociedad pues le cabía una responsabilidad en este sentido por el importante rol que ocupaba.

Por Enrico Udenio

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CRISTINA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

“ – Perdón! no pensé que… – Ahí está la diferencia, si no pensás es mejor que no hables.” Lewis Carroll (Seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson) (1832-1898) Escritor británico. Frase extraída de “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” (1865)

 En esta última nota del mes, me referiré al discurso de bienestar que constantemente propaga el oficialismo y que ya ha producido reacciones tales como «Por momentos pareciera que estuviésemos en otro país»  o “el Gobierno muestra la realidad de un país europeo, no de la Argentina» (1).
Hace pocas semanas, el ministro de Economía, Amado Boudou, afirmó que
«Es mentira que la Argentina esté creciendo por el viento a favor; es una de las más grandes mentiras de estos años, ya que lo estamos haciendo porque aplicamos una nueva concepción del sistema económico».
No es así y puede demostrarse, entre varios argumentos, con los siguientes:

A) Considerando los datos de las cotizaciones internacionales de sus productos en valores relativos, sólo en los primeros treinta años del siglo pasado el país se acercó al nivel que tuvo durante los últimos ocho años. Fue en aquella época y gracias a ello en la que Argentina se convirtió en el séptimo país en términos de potencia mundial.

B) El gran aumento de los valores de los productos primarios permitió que desde el año 2002 hasta hoy (con la excepción del año 2008 por causa de la crisis internacional), casi todas las naciones de Latinoamérica crecieran y lograran imponer importantes condiciones de desarrollo. Contradiciendo el concepto de lo dicho por Boudou, otras naciones de la región crecieron más que la Argentina porque los Kirchner espantaron inversiones y se disparó la inflación. Nuestro país es actualmente el segundo país con mayor inflación del mundo y ya bajó al sexto lugar en la escala de recepción de inversiones en América Latina.

C) Cuando Boudou dice “una nueva concepción del sistema económico”  está continuando la línea de discurso de la presidente que en reiteradas ocasiones ha dicho que su gobierno instrumenta “un modelo diferente y alternativo”. La historia argentina nos enseña que no tiene demasiado de diferente con relación a lo que ya realizado en el pasado. Distorsionar los precios relativos con controles directos o indirectos a base de subsidios ya se hizo durante los gobiernos de Perón (1945-1955 y 1973-1975), Raúl Alfonsín (1983-1989), y las dictaduras militares (como ejemplo tomo a 1972 con Aldo Ferrer como ministro de Economía).
Tampoco es muy diferente de lo hecho en el pasado el gran aumento del gasto público y la descomunal captación de empleados por parte de las empresas del Estado. Esta forma de mantener artificialmente baja la tasa de desempleo ya lo aplicaron casi todos los gobiernos democráticos y dictaduras con los desastrosos resultados fiscales conocidos. La administración Kirchner la profundiza, además, considerando “ocupados” a los receptores de los planes de subsidio y la  promociona como generadora de trabajo cuando en realidad es desocupación disfrazada.
Tampoco hay cambios en cuanto a la política de comercio exterior y el uso que ahora se le da al Banco Central. Restricción de importaciones, cambio alto para promover las exportaciones o cambio bajo subsidiado para motivar el consumo, devaluaciones continuas, controles de cambio y restricción de compra de divisas, emisión de moneda para sostener el gasto público, etcétera, fueron disposiciones comunes durante gran parte de los últimos sesenta años. Siempre finalizaron de la misma manera: fuga de divisas, escasez de inversiones e inflación, tres de los principales factores que demolieron los salarios, el tipo de cambio real y el empleo.

CON LA MANO EN LA CABEZA

“Procura en tus estudios no saber más que los otros, sino saberlo mejor.” Lucio Anneo Séneca (AC.3-65DC.) Filósofo y escritor hispano. Preceptor romano y máximo representante del ‘estoicismo nuevo’.

La Argentina del 2002 salió a flote, probablemente gracias a la capacidad política de Duhalde como piloto de tormentas y a la sensatez económica de Lavagna. Personalmente he sido un fuerte crítico de ese horrible y monstruoso invento que fue la pesificación asimétrica, y de la, para mí, conflictiva refinanciación de la deuda defaulteada del país, pero reconozco que, por primera vez en su historia moderna, la Argentina logró en los años 2002 y 2003 consumir menos de lo que produjo y, con ese ahorro obtenido, sentar las bases para salir de una de las peores crisis socioeconómica que sufrió la nación.  

Luego de la grave situación financiera internacional del 2009, la economía argentina vuelve a un crecimiento respaldada por la cosecha record del campo y por la lenta pero segura recuperación de los valores de sus productos básicos. Esto le permitirá lograr para este año un índice de aumento superior al 6% de su PBI, pero debemos tener en cuenta que este proceso no se debe específicamente a las políticas implementadas en el país ya que se está produciendo también en todos los países latinoamericanos por los mismos motivos: la rápida recuperación económica de China e India, la ayuda del clima y una mejor valoración de los productos originarios de la región.
Si analizamos el panorama de manera integral, podemos observar que:

– Cuando el gobierno difunde los porcentajes de aumento de la producción industrial esconde dos cosas: la primera, que toma como base comparativa cercana a la del año pasado, año en el que impactó fuertemente la crisis financiera mundial; y como base lejana, a la del colapso nacional en el 2002; la segunda cuestión que hay que considerar es que publicita los datos económicos de manera monetaria nominal sin tomar en cuenta el desagio por el efecto inflacionario. Si, en cambio, hiciéramos los números en volúmenes físicos nos encontraríamos con la sorpresa que durante la década de los 90 se exportó más que en esta década, y no sólo en productos primarios, porque también en las manufacturas industriales ahora estamos exportando bastante menos que en la década anterior.

– Por otra parte, cuando el gobierno informa de su superávit externo, está minimizando que este superávit se está fugando al exterior con todas las consecuencias que esto determina. También si hacemos la comparación con los años 90, nos encontramos con la sorpresa de que en esta década ya se han ido para invertir en el exterior un 70% más de capitales que durante toda la década del 90. 

– El mismo Boudou también afirmó que «No aceptaremos que el fortalecimiento del mercado interno, ni los salarios, ni las jubilaciones, sean un problema inflacionario”, lo cual, más allá de que cualquier estudiante del primer año de economía sabe que si hay aumentos de salarios sin una correlación con aumentos de producción e inversión en bienes de capital se motoriza la inflación, todas las semanas la población comprueba espantada los aumentos que tienen los precios de servicios y productos. Y es sabido también que la inflación motoriza un consumo ficticio.  

Por supuesto que la administración Kirchner tiene también datos verdaderos y positivos como son los casos de la baja proporción de deuda en relación al PBI y la recuperación del salario en términos comparativos con el 2002, pero esconde a conciencia a la mayoría de las resultantes negativas mediante la adulteración de los índices que ofrece el INDEC.
Si uno se deja llevar por las palabras de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, “(…) a todos los sectores de la economía les pido que no que se pongan la mano en el corazón, que se la pongan en el bolsillo”, una frase con la cual intenta convencer a los empresarios que inviertan más, deberíamos pensar que la equivocada postura que tienen los Kirchner con relación a este tema quizás no sea por algún tipo de perversidad ideológica, sino simplemente se deba a la  ignorancia.

Ignorancia por desconocer que cuando, en general, los empresarios deciden invertir a mediano y largo plazo no utilizan ni el corazón ni el bolsillo, sino la cabeza.

Enrico Udenio
14 de agosto 2010

(1)  Expresión de Amalia Granata, la panelista de «Un mundo perfecto», el programa que conduce Roberto Pettinato por América, como respuesta a un discurso del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en el que exponía las maravillas del modelo “kirchnerista”.

EL PERIODISMO MILITANTE

La fuerte crítica hacia el Gobierno Nacional del discurso que dio el presidente de la Rural Hugo Biolcati, dio lugar a que se pudiera comprobar lo que, para mí, es una de las mayores desgracias de la Argentina actual: el periodismo militante.

Al día siguiente del duro discurso, las portadas de los diarios Página 12 y Tiempo Argentino, fueron un fiel testimonio de la subjetividad con que se mueven los medios periodísticos cooptados por el poder político. Por un lado, el matutino Página 12, que otrora supo ser  un medio valorado como independiente y celoso controlador del gobierno de turno, encabezó su portada con “La patria soy yo”, descalificando mediante el sarcasmo las críticas de Biolcati. A su vez, en la tapa del diario oficialista  “Tiempo Argentino” podía leerse: “La Rural: Biolcati reunió a más opositores que público”, lo que dejaba en evidencia no solo una falsedad (en el lugar hubo una presencia masiva de público) sino también una forma de descalificación velada propia de un nazi-fascismo: aquel que critica es un opositor por lo que no sólo no debe ser escuchado sino que también es merecedor de un ataque. El hecho de que la gente del campo reaccione en defensa de sus propios intereses, lo que es lógico y comprensible, no es tomado en cuenta como una acción posible por las huestes oficialistas.

¿PERO DE QUÉ SE TRATA EL PERIODISMO MILITANTE? (1)

“Prejuicio es una opinión sin un juicio.” ‘Voltaire’ (Seudónimo de Francois Marie Arouet)  (1694-1778) Escritor y filósofo francés. Uno de los máximos precursores de la Ilustración Francesa“.

La Real Academia Española define al militante (no militar) como alguien que pertenece a un partido político o a una colectividad y/o que apoya o favorece un determinado proyecto. Si a su vez, sabemos que periodismo es la captación y tratamiento de la información, podemos llegar a inferir que la diferencia entre un periodista a solas y un periodista militante es que mientras el primero mantiene ciertas posiciones de independencia de los poderes, el segundo responde claramente a un partido o proyecto político y que el manejo de la información será siempre acorde a la visión del que “milita” en el movimiento afín a sus ideas. En este último caso, deja de ser un interlocutor o comunicador válido ya que su finalidad es la misma que la de un militante común: hacer prevalecer sus propias ideas sobre las otras, con el agregado de que pueden difundirlas a través de la comunicación auditiva, visual o gráfica.

Los que están a favor de este periodismo militante tienen la creencia de que no existe la independencia, por lo que “todos los periodistas son militantes”. Esta creencia muestra que ponen el plano político e ideológico de un periodista en un mismo nivel que el de su profesionalismo.

Sin duda alguna que un profesional de la comunicación tendrá sus preferencias ideológicas, pero hará prevalecer el mayor grado de objetividad posible a la hora de opinar o de comunicar la información. Por supuesto no podrá evitar su subjetividad, pero aceptará lo diferente como elemento enriquecedor que permita remarcar un desacuerdo o posibilite modificar sus propios pensamientos incorporando nuevas ideas y acercarse en lo posible a esos otros diferentes. De esto se trata la vida, en definitiva: cambiar adecuándonos a los tiempos de cada etapa de la humanidad. Lo que hoy es considerado como “bueno”, quizás mañana ya no lo sea, o viceversa.

Mantener la idea de que no existe periodismo independiente es incluso una difamación para todos aquellos trabajadores de la prensa que dieron su vida o la arriesgaron en aras de esa independencia. Un libro reciente nos hizo recordar la odisea que padecieron Robert Cox y James Nielsen, directores del diario Buenos Aires Herald, por no sucumbir ante el poder político y económico de, primero, el gobierno de Perón e Isabel (1973-76), cuando fueron amenazados tanto por los Montoneros, el ERP como por la Triple AAA, y segundo, la última dictadura militar argentina, cuando Cox la enfrentó y gracias a su coraje, y la de su familia, muchas personas –entre ellas varios periodistas- salvaron sus vidas. Además, muchos dramáticos acontecimientos se conocieron gracias a que ese diario los publicaba sin acatar “los consejos” que le daban los integrantes de la Junta Militar. Cox dejó un fiel testimonio de lo significa la independencia que debe regir en el verdadero periodista: cuando correspondía, atacó por igual a unos y a otros, a la derecha y a la izquierda, a los guerrilleros y a los militares, sin que nadie pudiera corromperlo ni amedrentarlo. Sólo cuando recibió la información de amigos vinculados al poder militar de que ya se había iniciado una operación paramilitar para asesinarlo junto con su familia, Cox decidió irse del país. Sobre este particular, el periodista Jorge Fernández Díaz escribió en una nota recientemente publicada en La Nación: “Si Cox hubiera sido un periodista militante de izquierda habría ignorado seguramente los asesinatos de la guerrilla y si hubiera sido un militante de la derecha habría silenciado las desapariciones que perpetraban los militares. Por suerte (…) sólo era un periodista haciendo su trabajo más allá de sus convicciones ideológicas.”

Otro de los pensamientos con que intentan justificar al periodista militante es que lo validan en aras del “compromiso” asumido con su ideología. Un concepto que es también equivocado ya que se vuelve a confundir una profesión que requiere tolerancia y amplitud de criterio con militancia política. Cuando diarios como “La Nación” de la Argentina, de tendencia afín a la derecha y centroderecha,  o “El País”, de España,  que se encuentra situado ideológicamente en la izquierda y el centro-izquierda, arman sus titulares, sin duda que transmiten una afinidad acorde a su ideología pero lo hacen abarcando la totalidad de la información sin descalificarla burdamente. Sólo en las notas de opinión pueden aparecer definiciones más terminantes sobre tal o cual tema. Por lo tanto, la información en sí misma es tratada con un cierto grado de objetividad aunque la línea editorial marque la tendencia final de la noticia. A pesar de que uno no esté de acuerdo con ella, se puede leer e informarse bastante bien. Esto no sucede con los medios masivos cooptados por los gobernantes argentinos, quienes convierten a la información en un panfleto proselitista donde se combate en lugar de comunicar.

LOS ESTEREOTIPOS

“Hay mucho que decir a favor del periodismo moderno, al brindarnos las opiniones de los incultos, nos mantiene en contacto con la ignorancia de la comunidad.” Oscar Wilde (1856-1900). Escritor genial por su brillantez e ingenio.

Dentro del denominado periodismo militante el programa “6,7,8”, en el estatal Canal 7, hoy sometido a los designios del Gobierno Nacional, es su exponente más representativo.  Uno de los integrantes del panel es Osvaldo Barone, justamente uno de los periodistas al que me referí, seis años atrás, en mi libro “Corazón de derecha, discurso de izquierda” (Ugerman Ed., 2004): En la última década, el periodismo se ha convertido en un campo sembrado de ignorancia. Son pocos los casos de periodistas y analistas que poseen una visión holística, aunque sea ligera, de la sociedad argentina. Una gran parte se incorpora a un esquema en el cual la información se convierte en comentario o en una opinión muy subjetiva, y la posesión de un micrófono o una columna gráfica (en ocasiones se hace hasta incomprensible entender cómo han podido obtenerla) les da permiso para transmitir sus pensamientos bajo una pantalla de “compromiso ideológico”, aunque en su inopia no sepan quién fundó la social democracia, qué implicancias económicas tuvo el cisma religioso, o con qué países limita Irán.

Si la ignorancia es la sabiduría de los estúpidos, la creación de las ideas a partir de las de sus “enemigos”, es la expresión exponencial de la limitación intelectual. La mañana del 27 de enero de 2004, mientras yo escuchaba por Radio Continental el programa “Desayuno Continental”, el periodista Orlando Barone rememoró el momento en el que, 10 años atrás, al conocer la posición del periodista Bernardo Neustadt a favor de la privatización de los ferrocarriles decidió asumir una postura antagónica a pesar que reconocía el pésimo estado de los mismos. Al hacer referencia a ello, Barone emitió al aire la siguiente frase: “Cuando yo veo quién es el mensajero del otro lado, me convierto automáticamente en defensor de lo opuesto”.

Esta frase es una joya dedicada a la intransigencia de raíz emocional. Percibir al que tiene distintas ideas políticas como un “enemigo” anula la capacidad de entendimiento sobre “el bien de los <otros diferentes>” y esto, a su vez, limita la expansión intelectual. Barone no está solo en este campo. Hay numerosos comunicadores que juegan al mismo juego, el mismo Neustadt, al que hacía él referencia, y muchos más, tanto sean pertenecientes a la izquierda como a la derecha. Con este tipo de periodismo, la población recibe un mensaje en el cual el afuera es determinante y condicionante de lo interno. Promueve vivir “para fuera” en lugar de “para adentro”.  Construye historietas en lugar de historias.” 

ESCUELA FASCISTA PARA UN PERIODISMO PROGRESISTA

“Los intelectuales que trabajan con el gobierno actual son cortesanos o, en algunos casos, juglares o bufones del rey. Los políticos los utilizan. Los intelectuales no deben actuar en política sino pensar y reflexionar sobre la política.” Juan José Sebrelli, sociólogo y ensayista argentino. Reportaje en marzo 2005.

El periodismo libre exige que la libertad de opinión sea ejercida por fuera de la idea de propaganda. Cuando ésta se introduce identificada con intereses nacionalistas nos encontramos con las técnicas ya utilizadas en su momento por el fascismo y el nazismo. Justificaban la fuerza y no toleraban los adversarios que criticaban al Estado. El partido o su corriente política se equiparaban con la patria porque para defender la patria todos los métodos serían buenos. Primero identificaban al enemigo de una manera excluyente, por lo que introducían el meta-mensaje ‘o sos de los míos o estás en mi contra’.

En el caso específico del kirchnerismo, los principales enemigos parecieran ser los conservadores, los “neoliberales” y el multimedio Clarín. Éste, como el abanderado de los malvados medios de comunicación que buscan destituir al gobierno nacional y popular e implementar el caos y la injusticia social.
Los actuales periodistas militantes se identifican como progresistas porque progreso suena bien, y si se es progresista uno forma parte del bando de los buenos, en cambio si se es liberal o conservador, pertenece al sector de los malos. Para lograr mensajes claros e inequívocos, se necesitan sólo ideas cortas, manipulación y/o falseamiento de los hechos. Se trata de una acción maniquea pero eficaz a la hora de acceder a un pueblo carente de educación cívica, porque como decía Hitler, para triunfar en política hay que tener pocas ideas que alcancen a la mayoría del pueblo, ideas que sean sencillas y que no exijan pensar demasiado. Da igual que los hechos sean falsos o no. Lo importante es que se reitere la propaganda.

Los periodistas militantes propagan la idea de que los únicos que pueden sacar al país de la crisis y “cambiar el modelo” son los que lideran la ideología que ellos promueven. Hoy es “el modelo kirchnerista”, ayer fue “el menemista” y vaya a saber con qué nos encontraremos mañana.

El periodista independiente es un profesional de su trabajo que asume que las ideas son cambiantes y que, a sabiendas que no podrá evitar transmitir la propia, debe hacerlo con sentido crítico y con la mayor imparcialidad  posible.

En el lado opuesto, el periodista militante es un militante periodístico que constituye una caricatura del periodismo ya que está obligado a esconder siempre la otra cara de la moneda.

Enrico Udenio
6 de agosto 2010 

(1)  La expresión “periodismo militante” está referida a que utiliza su profesión para orientar la información de acuerdo a una tendencia ideológico- político determinada. No se relaciona con ser militante en el sentido de comprometido con el rol.

POR QUÉ NO HAY INVERSIONES?

A través de su expansiva prensa cautiva, el Gobierno Nacional ametralla con noticias optimistas y esperanzadoras sobre la realidad social y económica de la Argentina, pero la realidad de los números, o lo que ellos esconden, es otra.

Más allá de los falsos índices a los que nos tiene acostumbrados el INDEC, como por ejemplo, los de la pobreza, indigencia, inflación, etcétera, hay datos que la administración K informa y que son ciertos pero no dicen la verdad.

Cuando anuncian el record de dólares en reserva del Banco Central, no explicitan que más de la mitad es deuda u obligaciones contraídas y, por lo tanto, no son reservas de libre utilización. No nos olvidemos que resulta muy sencillo incrementar la reserva del BCRA emitiendo deuda para ello.

Cuando informan que aumentaron las ventas en distintas ramas de la economía (comparadas con el mismo mes del año pasado), como si esto demostrara el crecimiento industrial y comercial que vive el país, no dicen que esos porcentajes de aumento, salvo algunas excepciones como la fabricación de automotores, son inferiores a los que genera la verdadera inflación, lo que indica que, en lugar de crecer, estamos decreciendo.

Cuando comunican que mes tras mes tenemos superávit comerciales, no aclaran que la gran mayoría de esos millones de dólares, en lugar de invertirse en la Argentina, se fugaron al exterior. Es decir que, desde hace mucho tiempo tenemos un superávit comercial que no se queda en el país. Al no existir inversiones, los constantes aumentos de salarios sólo están agregando inflación al estancado proceso productivo y comercial.

¿Y por qué no aparecen las inversiones que la nación necesita para su desarrollo y para contener la inflación? 

Lo podría resumir con una reciente expresión de Néstor Kirchner: “Hay que terminar con el discurso de que cuando se suben los salarios hay riesgos de inflación. Lo que puede generar peligro de inflación es que alguien se quiera llevar más renta de la que le corresponde”

Toda una joya de incompetencia intelectual y económica que sirve como símbolo para explicar la desinversión.

Analicemos la frase de Néstor. Cualquier estudiante del primer año de economía sabe que si hay aumentos de salarios sin una correlación con aumentos de producción e inversión en bienes de capital se motoriza la inflación. No se trata de una cuestión de voluntad, sino que matemáticamente, cuando los costos aumentan pero no los beneficios, los precios tienden a subir.

A su vez, cuando Kirchner dice que “alguien se quiere llevar más renta de la que le corresponde”, nos enfrentamos ante varios dilemas: ¿cómo se puede determinar si alguien gana más sin aclarar el concepto de “lo que le corresponde”? Porque, por ejemplo, ¿qué le correspondería a un almacén de ramos generales en el Gran Buenos Aires? ¿Y a un supermercado? ¿Un fabricante de autos? ¿Una carnicería de barrio? ¿Un quiosco? ¿Un granjero? ¿Y a una multinacional financiera?  Hay que descartar una definición por porcentajes porque sabemos que un 20% de diez millones no es lo mismo que un 20% de diez mil pesos. Entonces, ¿cómo podemos determinar lo que un empresario necesita de beneficio para que arriesgue su dinero en inversiones? Además, ¿es ético que decidamos u opinemos sobre un dinero que no nos pertenece?

No hay claras ni definidas respuestas a todas estas preguntas, por lo que la frase de Néstor Kirchner es inconsistente por el concepto que implica, e improcedente por las nefastas consecuencias que tiene en el empresariado. Es que a muy pocos inversionistas les interesa arriesgar dinero cuando el poder político les indica qué beneficio considera correcto y cuando los datos oficiales de la economía son falsos, ya que pierden la capacidad de proyectarlas. En la mente de un capitalista (invertir significa disponer de un capital y arriesgarlo) son los datos del mercado y el nivel de la competencia los que le indicarán los valores posibles de los productos que comercializará y la conveniencia o no en arriesgar su dinero.

Cuando la presidente argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dijo días atrás: “No es cierto que en la Argentina no haya certezas para invertir. Siempre el capital se mueve por la rentabilidad y no por cuestiones sentimentales»,  demuestra manejarse sólo con la mentalidad de los empresarios amigos del gobierno o de aquellos que ya están instalados desde hace décadas y gozan de mucha experiencia y cintura política, porque a los demás no es justamente la rentabilidad lo que más los mueve. Aquí como en cualquier parte del mundo, la seguridad y la no dependencia de los arbitrios y caprichos del poder político son siempre más importantes que los beneficios que pueden obtener circunstancialmente. Si no fuera así, nadie invertiría en países que detentan records de inversión como son los Estados Unidos, Japón o Alemania, por ejemplo, ya que los porcentajes de beneficio que se pueden obtener en estas naciones son ínfimos comparados con otros países. 

VIVIR A COSTA DEL OTRO

“El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona. Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso es… mi querido amigo... la decadencia de cualquier nación.” Adrian Rogers (1931-2005) Pastor bautista y escritor norteamericano. 

Todo el discurso oficialista apunta a fortalecer ideas tales como que una parte de la población tiene derecho a reclamarle a otra la satisfacción de sus carencias y que es el Estado el Robin Hood que debe quitarles a unos para darles a otros. También desde el oficialismo se han encargado de amparar al empresariado amigo eliminando sus competencias. Estas empresas amigas se van quedando con los servicios, las materias primas y los medios, y reciben órdenes del matrimonio K. Se ha generado el fenómeno de que hoy las estructuras económicas se encuentran más concentradas que en la década del 90 por lo que, los beneficios económicos no pasarían por la eficiencia y la innovación, sino por el mayor o menor “contacto” que se tiene con el Poder Ejecutivo, “comisiones” mediante.

Parecería que somos pocos los que nos animamos a pensar en las consecuencias que tiene sobre la inversión el hecho de que exista en la sociedad la creencia de que tenemos derecho a recibir algo aunque no nos pertenece, o que haya otros, o un Estado, que tienen la obligación de darnos lo que nosotros requerimos por el simple mérito de existir. ¿Cómo puede desarrollarse una nación en la que se ha enquistado desde hace décadas –porque los Kirchner no son los únicos culpables de ello– una cultura que promueve una sociedad en la que todos quieren vivir a costa de los demás mientras esperan al mesías que le garantice el bienestar personal sin grandes esfuerzos, sacrificios ni riesgos.

En una nota, el economista y ensayista Roberto Cachanovsky escribió: “(…) todos quieran vivir a costa del otro. Por eso las recurrentes crisis económicas y políticas. Porque muchos quieren vivir sin trabajar eficientemente y aumentar sus ingresos y patrimonios vía la expoliación de sus semejantes usando al Estado como instrumento de expoliación. (…) Dicho sea de paso, no es casualidad que vivamos con continuos escándalos de corrupción (…) ¿Por qué tanta corrupción? Porque cuando un funcionario tiene la potestad de decidir ganadores y perdedores en la economía firmando una simple resolución o decreto, dispone de una fenomenal herramienta para pedir coimas a cambio del beneficio que otorgará. Bajo este sistema del Estado repartidor y gastador se ha construido un gigantesco mercado de tráfico de influencias con las tarifas correspondientes. (…) Es el sistema que por definición es corrupto.”

Esta cultura no está relacionada con el socialismo o el liberalismo. En nuestros países vecinos, el empresariado goza de una importante valoración social y fueron gobiernos socialistas los que durante los últimos años manejaron el poder político estableciendo una comunión de ideas con ese poder económico con la constante mira de facilitar la renta, las reinversiones de esos beneficios y el incremento de la ocupación laboral. Ellos crecieron mucho más que la Argentina y hoy por hoy, reciben las inversiones que no recibe nuestro país.

No hay mucha ciencia en todo esto. Si estás continuamente mordiendo la mano del que te da trabajo, tarde o temprano, esta mano te soltará.

Mientras que los Kirchner no parecen comprender por qué las empresas no invierten cuando ellos prometen protegerlas y “asegurarles” beneficios, el capital sigue huyendo de la Argentina. Más de cincuenta mil millones de dólares en tres años se fueron para otros países. Todo un record.
Alguien debería enseñarles al matrimonio presidencial que los capitalistas invierten mucho más cuando el futuro del mercado es transparente y las reglas comerciales se cumplen que cuando el “manda más político de turno” les promete el “oro y el moro” al mismo tiempo que los tilda de ladrones, los culpa por la inflación y los amenaza con una pistola si no le hacen caso.  

Enrico Udenio
29 de julio de 2010